martes, 3 de enero de 2012

Náufragos

   Solo quedan unos pocos. Todo el mundo que los ve los señala con el dedo, ya que destacan entre la mayoría por su ropa ajada y su barba de más de tres semanas. Nadan constantemente luchando contra las olas del mar que son las dificultades de la vida, en busca de una barca a la deriva para poder continuar vivos, salvados. Cada naúfrago tiene una barca ideal, por eso dejan pasar aquellas que no les llenan. Y cuando encuentran esa barca que llevan buscando tanto tiempo, se suben a ella y se sienten a salvo. Se ríen del resto de gente que se conforma con un madero podrido o con una barca que no les calza bien. Ellos prefieren sufrir algo más de tiempo en soledad hasta encontrar lo que buscan, porque la dicha que sienten entonces es mucho mayor que cualquier pedazo de felicidad del resto de hombres. Cuando un náufrago encuentra su barca no le importa nada más, vive por y para ella. Ella es su salvadora y por eso él la ama sin condición. Los naúfragos no buscan sus barcas en bares o discotecas. No saben donde buscar. Ansían encontrarlas por encima de todo, pero parece que ellas a ellos no. Por eso se sienten tan solos. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario