martes, 8 de noviembre de 2011

Bela

   Lo único que me gusta de España es su literatura y el lenguaje en el que se expresa. No me atrae particularmente el castellano, prefiero el inglés. Sin embargo, obras como las Rimas de Bécquer expresan los sentimientos en su manera más clara y cercana. Te sientes en la piel del escritor. Te sientes autor y protagonista.
   Siempre he tenido dificultad para emplear las palabras exactas para lo que quiero decir. En parte es porque algunas no me gustan, en parte es porque mi mente se bloquea por alguna razón que desconozco (esta última más). Un claro ejemplo de esto es la incómoda situación de asociar un sustantivo común a un ser, sin llamarlo por su nombre propio. Por ejemplo cuando hablas de Rosa, una mujer de 30 años y no sabes si llamarla "señorita", "señora", "chica", "mujer" y un largo etc.
   Es por ello que no he encontrado ninguna palabra que se asemeje a todo lo que yo siento y percibo cuando pienso o hablo de lo que el resto del mundo llama "mujer". No me gusta nada la palabra "mujer", la odio, de verdad. Es una palabra feísima. No expresa para nada lo que siento en realidad: una completa admiración, subordinación y deseo de servidumbre ante lo más parecido a un dios. Dejarme manipular como si fuera una marioneta, ser su eterno esclavo, morir por su gratitud, solo por poder tocarla, por poder sentirla como mía, aunque eso nunca sucederá.

   Por eso he decidido inventarme esta palabra (aunque puede que exista en otro idioma), porque bela si expresa para mí todo esto. Las belas son amadas por naturaleza, hermosas desde que nacen, inocentes, inmaculadas y perfectas. Es la expresión del SER como perfección.

PD: cualquier parecido con "Crepúsculo" es producto de tu mente, querido lector.

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