sábado, 25 de junio de 2011

Au...

    Esta mañana me he despertado con las palabras "Te quiero" en los labios, pero no eran los míos los que lo pronunciaban. Eran unos labios de un rosa suave sobre un fondo de piel pálida, con unos dientes blancos perfectos que no parecían reales... sabía quién era. Quizá por eso me he despertado de un susto y con un espasmo. Me he dado un golpe en la cabeza con la estantería que hay encima de la cabecera de mi cama. Ay que daño...
    Me he sentido confuso y he tardado un buen rato en darme cuenta de la realidad, completamente opuesta y aterradora. Si creía que estaba superando esta realidad la noche me mostró que no era así. Cubrió con su negro manto todas las esperanzas, dichas y risas que se habían construido durante el día.
    Tenía el cuerpo hecho polvo, no sentía las piernas y cada vez que las movía me daba un calambre. No me se me ha ocurrido cosa mejor que ponerme en posición fetal abrazado a la almohada (que parece ser la que mejor escucha) y ponerme a pensar. La verdad, no hay punto de comparación entre dormir abrazado a una almohada y dormir abrazado a lo mejor que tienes. Aunque sea verano y te esté dando muchísimo calor no quieres separarte de ello.
    Como decía, me he puesto a pensar. He empezado con ganas de llorar y he terminado queriendo destrozar toda mi habitación a golpes, tirar todos mis instrumentos por la ventana y después tirarme yo tras ellos. "No seas tonto", idiota, "¿cómo no voy a serlo? ¿qué quieres que haga si no? ¿fingir? no, lo siento, no soy capaz". Entre otras cosas he hecho un repaso de lo de anoche y me he encontrado con que  en 4 horas ayer experimenté lo mismo que esta mañana en media; pero al revés, pasé de gritar a llorar. Y creo que es lógico y normal que sea así viendo la posición que toman la reacción y el comportamiento en la aludida. Lo que no es lógico y normal es la reacción y el comportamiento de esta aludida, aunque claro, ya sabemos que no es lógica y normal. Creía que podría aguantar, mentira, por lo que opté por seguir mi instinto el cual me llevó al estado de querer llorar.
    Tengo tantas cosas que decirte... y todo se ha ido al garete. No pensé ni por asomo que fueras a reaccionar así. "¿Quieres ser mi amiga? Gánatelo " te dije. Pero los campeones son los que maduran y hacen frente a las cosas, no los que esperan y rezan a Dios para que ganen por algún azar del destino. Esfuerzo, confianza y hacer las cosas tú mismo sin esperar a que te las den hechas.
    No me queda otra cosa que decir "lo siento". Sí, sigo siendo tan gilipollas de a pesar de todo disculparme porque en el fondo no quiero ni he querido nunca hacerle daño, solo he querido lo mejor para ella. Por ello, perdona.


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