sábado, 18 de junio de 2011

"No me suena lo que suena"

    "No me suena lo que suena", frase célebre de una noche como otra cualquiera... Bueno realmente no fue como otra cualquiera. Fue una noche en la que empecé a correr porque un tomate me perseguía con una pistola, olía a espíritu adolescente, matamos en el nombre de alguien pronunciando unas cuantas vocales al azar y nos mantuvimos alejados de la entrada del hombre de arena todo lo que pudimos hasta que la toxicidad del ambiente nos lo impidió por completo. De camino a ese local que vuelan con dinamita cada dos por tres nos topamos, extrañamente y contra todo pronóstico ¡con la casa de los mismísimos elfos de Rivendel! Total, que al final si sonó lo que sonaba, pero yo ya no estaba para entonces.

    "No está mal, pensé, aunque es lo mismo de siempre...". Pronto las ganas de aventura fueron sustituidas por el miedo a ser descubiertos por el tomate con la pistola, cuando pasó lo peor, el primer paso, creí que ya no tendría que volver a correr y sin embargo no fue así, pero bueno, eso fue más tarde de cabrearme. Sucedió, que así de repente, todas las teorías estúpidas, todas las suposiciones y en general, todos los malos pensamientos fueron sustituidos por el sentimiento inicial de rabia. Rabia, dolor, furia... es igual. Así pues, terminé cabreado y me fundí en el ambiente. De repente fui música, el metal y todo lo que transmite. Solo podía pensar "¡¡Me cago en la puta!!" y no me avergonzaba por ello, todo lo contrario, quería que lo supiera todo el mundo, gritarlo y expresarlo con rabia, dolor y furia.... fue entonces cuando apareció el tomate con la pistola y nos largó a la calle (aunque supongo que si hubiéramos pedido algún batido de hortalizas no lo habría hecho).

    Volviendo en metro a casa; completamente agotado, estresado y para nada bien, congelé mi semblante iluminado por la pantalla de mi iPod (que últimamente parece que es el único que me entiende al completo, en parte porque sabe como soy de verdad, lo lleva en sus archivos en mp3), reflexioné acerca de como había sido la noche y que estilo me apetecía: ¿otra sesión aleatoria como todos estos días, reflejo de que en verdad no se como me siento o directamente no quiero pensarlo? ¿Clásica para relajarme? ¿Heavy metal para sentirme como hace media hora? ¿Progresivo para sentirme idealizado? 
Tiré el aparato al suelo con ganas. No se rompió, claro, es de Apple. Impotente, me quedé mirándolo un rato como esperando a que me dijera que era lo que debía hacer ahora. Entonces la pantalla se iluminó. Por error había activado la sesión aleatoria de nuevo. "Mierda" pensé, "otra vez no joder, ya es hora de que me enfrente a las cosas". Los Mojinos Escozios empezaron a sonar por los auriculares. Me encogí de hombros y pensé "Si ella no lo hace ¿por qué iba a hacerlo yo?". Recogí el iPod del suelo y continué mi nocturno paseo silbando y tomando nota de algunas de las muchas genialidades de este grupo.
Por un momento pareció que me inundaba el sentimiento de culpa, aunque pronto se fue sin dejar huella... ¿acaso había superado... lo que fuera? no, claro que no. Simplemente seguía haciendo lo mismo, dejarlo aparte, solo que esta vez comprendí porqué lo hacía y jamás volvería a notar ese sentimiento de culpa: no era a mí a quien le tocaba mover la ficha.


    Y ya dejando un poco aparte toda esta estrambótica experiencia solo diré que he decidido no emplear el blog para relataros pedazos de mi vida que seguramente le interesen a una o dos personas como mucho. No solo. A partir de ahora empezaré a postear con cosas curiosas que vaya descubriendo y que puedan ser compartidas con todo el mundo para su disfrute, diversión y entretenimiento. Así que empecemos bien. Os dejo un fantástico video de un increíble guitarrista y una cita que lleva el nombre de una canción de uno de mis grupos preferidos:



"We all need some light" - Transatlantic


Clap, clap, clap...

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